Cada contenedor de basura se carga con un chip, y la profundidad, el posicionamiento, la temperatura (prevención de incendios) y la cantidad eléctrica del contenedor de basura se controlan en tiempo real a través del sensor. El operador de telefonía móvil implementa un modo de gestión ambiental sin papel que envía datos digitales al servidor, lo que también ahorra tiempo y costos de mano de obra.